El génesis de las máquinas inteligentes
Es importante conocer al artífice de las primeras máquinas y su modelo de interacción para verificar la evolución de la inteligencia artificial y sus mecanismos. Poner una máquina frente a otra y analizarla sólo devela su potencial para bien o para mal. Por suerte son más sus bondades
Código Enigma
Alan Turing, el matemático inglés nacido en 1912 es considerado como uno de los padres de la ciencia de la computación. Se lo recuerda por descifrar junto a un equipo de profesionales una serie de códigos secretos del ejército nazi, albergados en la máquina enigma, un dispositivo capaz de codificar mensajes y enviarlos. Fue utilizado para sostener comunicaciones secretas durante la segunda guerra mundial, el descubrimiento de este código permitió terminar con la guerra mucho antes de lo previsto; la colaboración entre países aliados, principalmente Inglaterra, Francia y Polonia logró la captura de varias de estas máquinas para así conseguir decodificar varios mensajes del ejército alemán.
“Un día después de la declaración de guerra de Gran Bretaña, en septiembre de 1939, Turing fue convocado a Bletchley Park, donde se encontraba el Servicio Británico de Descifrado. Las nueve mil personas que trabajaban allí, se dedicaron a intentar interpretar las comunicaciones alemanas cifradas en código morse” La intercepción de estos mensajes permitió conocer anticipadamente, movimientos, posiciones, ubicaciones y acciones de los nazis para disuadirlas en el combate. El plan de expansión de la Alemania de Hitler no se concretó, en parte gracias al trabajo de Turing y su equipo.
¿Y la inteligencia artificial?
La prueba de Turing es uno de los primeros intentos de respuestas automatizadas. En este experimento, la conversación entre un ser humano y una máquina, que en aquel tiempo era solamente un computador, sería sometida al monitoreo de un evaluador. La interacción humano-máquina ocurría únicamente a través de textos. Si este intercambio lograba confundir a quien observaba, sosteniendo una conversación de al menos cinco minutos, el objetivo estaba cumplido.
Por aquellos días no tenía tanta importancia que la máquina respondiera a preguntas correctamente sino que se concentraban en verificar su capacidad de generación de respuestas similares a las de un humano., eso era una maquina inteligente. Alan Turing se planteó una pregunta fundamental que fue el inicio el inicio de todo, “Propongo que se considere la siguiente pregunta, ¿Pueden pensar las máquinas?, luego decide reemplazar la pregunta y dice “¿Existirán computadoras digitales imaginables que tengan un buen desempeño en el juego de imitación?”(Turing, 1950), puedes revisar su artículo para darse cuenta de que es la expresión escrita de lo que hoy son las computadoras.
En el año 2014 la historia de vida de este matemático se llevó al cine el título del filme en inglés es más preciso, The imitation game, pues la ejecución de las primeras pruebas de este juego de imitación son el centro del trabajo de Turing; a día de hoy esto ha tenido una evolución sin precedentes. Las relaciones humano-máquina se han perfeccionado, las interacciones de texto hoy se materializan en los chatbots que gracias al procesamiento de Lenguaje natural, pueden desempeñarse como asistentes virtuales y resolver cuestiones específicas, en bancos, centros de salud o callcenters. También son capaces de integrarse a redes sociales como Facebook Y WhatsApp
Si bien la película no se centra en la historia de las máquinas enigma y sus códigos, es un excelente punto de entrada para entender los inicios de la informática. Si quieres conocer más sobre IA te invitamos a leer nuestro artículo sobre los tipos de inteligencia artificial y su evolución.
Por estos días no es necesario emplear IA para descifrar códigos que eviten una guerra, pero sí es imprescindible conocer las ideas iniciales en este campo y sus pioneros para evidenciar su crecimiento. Cualquier sistema de automatización es portador de un beneficio que acrecienta la tranquilidad y paz, si procura el bien de nuestro entorno.
Las máquinas inteligentes aprenden cada día más sobre las interacciones humanas, las imitan de mejor manera y se anticipan a las necesidades de sus usuarios a través del entrenamiento y la implementación de mejoras constantes en sus sistemas, de acuerdo a lo observado en la práctica. La Prueba Turing fue la primera versión de una máquina inteligente que era capaz de interactuar con alguien, hoy en día las posibilidades de automatización han pasado de la conversación a la solución de los problemas cotidianos a través de plataformas más complejas y a la vez más útiles que facilitan la vida de las personas ahorrándoles tiempo y recursos.